REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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De conformidad, y en conformidad

…”Así los últimos serán primeros, y los primeros últimos”… (Mt. 20, 16)
domingo, 1 de febrero de 2015
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¿Será difícil al ser humano estar conforme con lo que hace? Si porque su tendencia es tener una vida en donde este conforme y sin problemas, ¿Por qué? Para poder disfrutarla, y cualquier acto que vaya en contrario a este confort le molesta, reclama y protesta, más no percibe, de su inconformidad que esta tiene una razón de ser, y sería bueno reflexionar en ello.

Dios es la perfección única, fuera de Él nada es perfecto, dice San Pablo;…” ¡Oh profundidad de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuan inescrutables son sus juicios, y cuán insondables sus caminos!”… Dios al crear al hombre a imagen y semejanza suya, le concede una pequeña parte de su perfección, la necesaria para su salvación, siendo inferior a los seres creados por el Señor en los cielos, queriendo que fuera la imperfección requisito para ganar la eternidad, prueba por la que toda alma probara su fidelidad y lealtad al Señor en el camino de la existencia terrena, donde el Don de la perfección del alma sea en el ser humano de conformidad para el bien o en conformidad para el mal, lo que elegirá de acuerdo a su intención, convicción y disposición, pues son dos las únicas conformidades de la perfección del alma; la material, de conformidad con el mundo y la espiritual, en conformidad con Dios.

¿Y que es la perfección? Como nadie tiene la perfección en este mundo, la entendemos como el empeño continuo del ser humano, por mejorar el orden que ha ido construyendo en el mundo, sea para su bien o sea para su mal, de donde nadie debiera sorprenderse al obtener las perfecciones logradas en su actividad, siendo obligado tener en su conciencia, que todos esos logros no son propios o del esfuerzo de si mismo, siendo que todo ello es permitido por Dios, y no caer así en la rebeldía de la soberbia por esta realidad; volviendo al don de la perfección en conformidad con Dios, esta la ha entregado al hombre, para que por sus actos espirituales, viva el gozo que embarga el corazón del Señor, cuando son obras que cumplen la doctrina y mandamiento que ha dispuesto a las almas para su salvación, lleva a vivir la perfección del orden espiritual y moral, familiar y personal, igualmente este orden se debe guardar en el trabajo, pues cada realización esta encaminada a intensificar su relación con Dios, empeño que llevara la excelencia del alma al Señor, lo positivo es cuando se ha afanado perseverando, pues no estará conforme por las imperfecciones pasadas que ha superado, pues el deseo de una persona espiritual, es dar mas, pues lo que en su momento fue para él mucho para Dios, ahora voltea atrás y ve que fue una nada, por eso es su inconformidad, pues para el Señor son las perfecciones en conformidad de su alma, por eso, el cristiano que busca medios y formas-sin hacer ostentación- de progresar su alma en el deseo de ser grato a Dios, el gana el don de la gracia que anima adentrarse aún mas en la fe, la piedad y la devoción, esta forma de vida, da resultado matemático, la perfección no es ante los hombres, estos podrán ver el reflejo de su conducta, porque en la intimidad del alma y corazón el Señor se goza, de su rectitud, honradez y pundonor, honestidad y caridad hacia el prójimo, esa alma ha alcanzado la meta ideal: hacer habito de vida, vivir en conformidad de Dios y no de conformidad con el mundo.
No basta la actividad del hombre de conformidad con el mundo, eso es perecedero; es precisa la gracia de Dios, que ilumina y eleva el acto humano, donde la gracia es conservarla y no perderla, porque es fuente de mérito en conformidad con el Señor.

Jesús en la parábola de los obreros de la viña, nos enseña: el merito de la gracia, es el bien que siempre se tiene que luchar por conservarlo y arraigarlo en el alma, porque debido a nuestra miseria y debilidad humana, se puede perder, es imperioso ver en ella la necesidad propia de salvación, si bien hay que pedir a Dios ayude a las demás almas a que se salven, por ser el fruto de su redención, cada uno debe ver por su propio destino y empeñarse en ese combate donde debe obtenerse la victoria y ganar la guerra, veamos la enseñanza de Jesús en su bella parábola;…” Porque el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que salió muy de mañana a contratar obreros para su viña.

Habiendo convenido con los obreros en un denario por día, los envió a su viña. Salió luego a la hora tercera, vio a otros que estaban de pie, en la plaza, sin hacer nada.

Y les dijo: Id vosotros también a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron. Saliendo otra vez a la sexta y a la novena hora, hizo lo mismo.

Saliendo todavía a la hora undécima, encontró otros que estaban allí, y les dijo: ¿Por qué estáis allí todo el día sin hacer nada? Dijéronle: Porque nadie nos ha contratado.

Les dijo: Id vosotros también a la viña”…El padre de familia empeñado en buscar obreros para su viña, es Jesús quien lo hace a todas horas y en todo momento, no tiene horario, ni descanso, siendo Dios gozando de la gloria eterna sin fin, viene a buscar almas para su viña, no es como el hombre que posee bienes en demasía, descansando y disfrutando de ellos en la vida terrenal; el Señor esta preocupado por la salvación de las almas, pues por ellas a pagado el precio de su sangre, por eso sale a buscarlas y las encuentra como el padre familia, desocupadas, perdiendo el tiempo en cosas vánales y sin valor de salvación y si de perdición, y a todos sin excepción pregunta; ¿Por qué estáis ociosos? Han olvidado que en mi viña los quiero, reciben la invitación mas directa todas las almas, no hay distingos, quien lo desea venga dice el Señor, si me preguntas; ¿Puedo ir contigo? ¡Claro que lo deseo! Mas para que lo logres, recapacita tu vida y verás que no has hecho nada por vencer tus inclinaciones, te convencerás de esforzarte mas, pues mi llamado es a ti, no esquives mi mirada, ni cierres tus oídos, porque este momento será para ti hoy y siempre en tu existencia, no pierdas el tiempo de vida en bajezas y vanidades, ven a mi viña y trabaja para bien de tu alma, que Yo te daré las mejores semillas para que por ellas encuentres el camino, por la vida que has llevado el temor te invade y crees que será imposible perdonarte, o es demasiado tarde porque estas atado al grillete de la inclinación, recuerda lo que mi enviado dijo a María en la Anunciación;…”Porque no habrá para Dios cosa imposible”…Solo el indolente, perezoso, timorato e incrédulo no tendrán tiempo de arrepentirse, de acudir a la reconciliación, es necesario despertar, dejar el letargo de la conformidad con el mundo, y vivir en conformidad de mi Padre, pues el tiempo corre veloz, y cuando este se termine, la oportunidad del arrepentimiento se habrá perdido.

Veamos en la pregunta que Jesús hace en la parábola nuestra realidad corrupta, poseedora de todos los males que bien conocemos están en nosotros, sabemos que los tenemos y poseemos y no hacemos esfuerzo por expulsarlos, la voz de Jesús penetrará nuestras miserias y sus benditas palabras sacudirán nuestra realidad:…” ¿Porque estáis allí todo el día sin hacer nada?”…Nos esta diciendo; estas perdiendo el tiempo miserablemente, porque te niegas así mismo el bien que viene de Mi, te llamo y te tapas los oídos, el entrar a mi viña, es trabajar duro para vencer por ti mismo tus inclinaciones, y en el exterior las tentaciones del maligno ¿Y te quedas pasivo? ¡Hay que ir al combate, a la pelea, a la lucha, a la competencia a ganar la corona incorruptible del triunfo eterno para ti!…Esto y mas es la misericordia de Jesús, su bondad, su amor por las almas, ¿Y que respondemos? Apatía, pereza, duda, incredulidad, bajezas, dice el Señor;…”Allí será el llanto y el rechinar de dientes”…
Ahora, entra la parábola a la fase, donde debiendo ser en conformidad la paga por parte de los obreros hacia el padre de familia, surge la envidia, codicia, rivalidad y rencor que empujan a estar en conformidad de como se vive en el mundo, y repasar los buenos actos de la vida guardados en deposito.

Al llegar la tarde, el padre familia pide traer a los obreros en el orden que dispone para cumplir su promesa de pagó. Termina la luz del día y no se puede continuar trabajando, esto se semeja a la hora de la muerte, cuando a terminado la vida en el cuerpo, y el alma sale camino a recibir lo que en justicia merece, es la hora de pagar el jornal acordado con el Señor por un trabajo sin mucha significación, aunque dure muchos años, la promesa del Señor continua siendo;…”Un peso eterno de gloria”... Que viene por su bondad, a cumplir la paga que tendrá derecho el alma por las buenas y malas obras, dice San Pablo;…”Corona de Justicia”…Que no faltará, sino se defraudo el pagó del denario por no haberse realizado el cultivo de la viña;…”Llegada la tarde, el dueño de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros, y págales el jornal, comenzando por los últimos, hasta los primeros”…Es el termino de la misericordia, Dios a través de la vida ha estado sin cesar llamando a ir a su viña, a exclamado por todo ese tiempo;…¡Hijo mío, salva tu alma, aléjala del camino de perdición, santifícala! No te empeñes en entregar tu existencia a ese camino, no a las cosas que ocupan un segundo lugar en tu existencia, supedita tu vida a la primordial obligación que es tu salvación.

Llega el momento en que todo quedará silencio, y el querer dar marcha atrás, no será posible, dice la parábola;…”Vinieron, pues, los de la hora undécima, y recibieron cada uno un denario”…Es de comprender, que quienes trabajaron toda la vida y los que se convirtieron a la última hora de vísperas, al ser llamados por la muerte, todos reciben el mismo premio, a ello se refiere el Señor, los que de antiguo cumplieron y los arrepentidos en el último momento tiene la misma paga, en los momentos en que estaba por terminar su existencia fueron sus trabajos mas violentos, recios, vitales y apasionados, en esos momentos últimos, lograron equilibrar la balanza de la justicia divina, siendo valiosos los méritos de su infancia, fueron el punto para recibir la benevolencia divina, de ello dice San Pablo;…”Al que trabaja no se le abona el jornal como favor, sino como deuda”… Esto es, el salario se da a todas las almas por bondad y deseo del Señor, nadie debe ensalzarse por ello, ni exaltarse de las obras que realice, El Señor las concede de su justicia.
…” Cuando llegaron los primeros, pensaron que recibirían más, pero ellos también recibieron cada uno un denario”…Al ver que el padre de familia paga el denario a los últimos, en los primeros despertó la codicia, todos pensaron lo mismo, ninguno pensó en conformarse con la paga ofrecida por el padre de familia, la codicia se contagia cuando todos ven en ello oportunidad injusta de tener mas, con esa disposición engañadora en su pensamiento, molestos reciben la paga acordada;…”Y al tomarlo murmuraban contra el dueño de la casa”…La molestia despertó la protesta injusta, a nadie se engaño, pero no cabe duda, la codicia no tiene frontera, obra con atropello, lo justo lo hace injusto, y se van por el carril de la necedad diciendo; ¿Haber si pega? Al ver que su artilugio es negado, urden argumentos maliciosos, de aparente justicia como esta viña es;…” Y decían: Estos últimos no han trabajado mas que una hora, y los tratas como a nosotros que hemos soportado el peso del día y el calor”…Pareciera justo su reclamo, pero en realidad la paga propuesta ha sido cubierta como se acepto, ¿entonces porque el reclamo? Movidos por la codicia, de ver que el padre de familia ordena la misma paga a los que en poco tiempo trabajaron, les hizo ver la esperanza envidiosa;…Nosotros por trabajar el día completo recibiremos mas paga…Obran y piensan como el pecador, que como tal todo lo que viene en su contra es injusto a pesar de saber que esta mal, igual a como estos hombres inconformes, que despreciando las obras buenas, quieren que los demás hagan los mismo para no quedarse solos en su error, porque en ellos es bien sabido están inhabilitados para recibir la gracia de Dios, y si acaso un destello los mueve a buscarla, no la conservan.

Continuando con la parábola, la agitación entre esos hombres codiciosos, se detiene al intervenir el padre de familia;…” Pero el respondió a uno de ellos: Amigo, yo no te hago injuria.

¿No conviniste conmigo en un denario?”…Le ha dicho;… ¿Acaso no has recibido tu paga justa y completa? ¿Dónde esta el engaño? ¿Dónde mi mentira? No te he engañado, te ofrecí una paga que tu aceptaste voluntariamente, entonces porque murmuras contra Mí, terminemos con ello, dice el padre de familia, si dar lugar a replicas, a inconformidades, apelaciones o demandas dice;…” Toma, pues, lo que te toca, y vete.

Mas yo quiero dar a este último tanto como a ti”…Es la promesa de Jesús que expone en esta parábola, se entrega el premio eterno a quienes han abandonado todo por seguirle, cuando dijo;…”Los últimos serán los primeros”…
…” ¿No me es permitido, con lo que es mío, hacer lo que me place? ¿O has de ser tú envidioso, porque yo soy bueno?”…He aquí la diferencia abismal, en el modo de pensar y ser de Dios, con el de los hombres, que nos lleva a apreciar el valor de conformidad con el mundo y en conformidad con el Señor.

El hombre mira el valor de la duración del esfuerzo, no ve los asuntos del cielo, porque su conveniencia esta en las cosas del mundo; Dios en cambio continuamente aprecia en todo momento, las disposiciones del corazón, es ahí donde el pecador arrepentido no esta desahuciado el Señor, le concede su misericordia y el perdón; quien se ha mantenido en la doctrina y mandamientos, no necesita de ello, pues en su momento lo busco, encontró e hizo suyo, fortaleciendo su espiritualidad porque ha vivido en conformidad del Señor, vive el gozo de las almas recuperadas por el Señor, pide por ellas, y ruega porque la sangre derramada por el Señor en su Pasión fructifique su amor por ellas, y confirma su deseo al decir San pablo;…”Dios hace gracia a quien quiere”…Tengamos presente el bien para el pecador; El padre de familia, Jesús, desde antes del amanecer sale al mundo a buscar obreros para su viña, seamos dóciles obreros siendo fieles…”Así los últimos serán primeros, y los primeros, últimos”…
hefelira@yahoo.com

 

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