REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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Fe, humildad y perseverancia

…”Jesús le dijo: ¡Si no veis signos y prodigios, no creeréis!”…(Jn 4, 48)
sábado, 1 de octubre de 2016
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Cristo Nuestro Señor instituyo la paternidad responsable, donde los padres de familia por su madurez y sensatez orientan guiando el camino de la familia con humildad y paciencia, con resignación soportar las adversidades y la obediencia al mandato divino, avivando la Fe en las tribulaciones, aceptando su divinidad conservando la fidelidad al Señor, y cuando todo parezca que se pierde, la credulidad y confianza en Dios elevaran la fuerza interior de su fe a perseverar en la constancia y la virtud, manteniendo la gracia santificante hasta la muerte.

El mundo se da la libertad de criticar y juzgar todo asunto del prójimo, de las ideas inmorales y pervertidas que aparecen en la mente extraviada exaltarlas, al ser cuestionadas de deshonestas, el pecador demanda que nadie debe oponerse a él para hacer y ser lo que él quiere.

Se ha hecho costumbre censurar y contradecir lo que viene de Dios: los mandamientos de la Ley de Dios, toda devoción, piedad y fervor a los sacramentos y virtudes, hasta por no dejarse arrastrar al mundo de las excusas; “A mi ni no me tomaron en cuenta” ”Lo han puesto porque quisieron, pero yo hare lo que creo esta bien” Son las posturas contra el orden de vida en Jesús, motivo de fastidio es cumplir al orden espiritual y moral, familiar y personal, llevar el orden de vida apegado a la doctrina del Señor, la critica hiriente califica de necedad, porque no encaja a su forma de vida.

Los profetas reciben el don sobrenatural de pronunciar y dar a conocer la profecía en nombre de Dios, sus predicciones continúan y se reviven para regular por Dios la conducta de la humanidad, la reacción del mundo no es esperar, es mostrar la lección espiritual del faro de salvación que viene de Dios las leyes y las obligaciones del buen gobierno, las almas, critican y censuran, es lección fuera de su realidad, no es de este tiempo.

Es cierto, las profecías son antiguas, como es el amar y servir a Dios, el mundo y la humanidad, la maldad y la perversión caminos del pecador.

La mala conducta que hoy se vive, es porque el ser humano ha conjuntado las maldades de la vida del mundo, inmoralidades y depravaciones en este siglo XXI, ha cambiado el panorama de la humanidad a un propósito desconcertante y anormal: parece empeñada hoy mas que ayer, en condenarse así misma, lo que explica de ello lo ignora y desecha, arrogante levanta los hombros, pone sus dedos en los oídos, cerrando sus ojos y el corazón.

Los seres humanos creados por Dios desde Adán, no han dejado de recibir los bienes de salvación, que el Señor deposita en cada alma, como también las debilidades y miserias a vencer; por eso, al conocer el mensaje que el Espíritu Santo deposita en los labios del profeta, es entender el deseo del Padre Eterno de ser recibida la suplica de salvación.

La profecía, no fue para la humanidad del tiempo del profeta, sino que continua a la posteridad de quienes han venido y vendrán al mundo a través de los siglos, por eso, la necesidad de sembrar en los corazones el bien y desechar el mal de los tiempos.

Dispongamos nuestra atención en el profeta Daniel, la inspiración divina que guarda la fe, esperanza y caridad de Dios a nosotros, que no merecemos, pero alentados en ganar la santidad, dice Daniel;…”Todo cuanto has hecho con nosotros Señor, con justo juicio lo haz hecho, porque hemos pecado contra ti, porque no hemos obedecido a tus mandatos; pero da gloria a tu nombre, y obra con nosotros según tu grande misericordia”…Reconoce la misericordiosa voluntad del Padre eterno, es la salvación eterna a pesar de nuestros malos hábitos y mala conducta, Él y solo Él, obra bienes de clemencia en los pecadores.

La profecía muestra a Dios compasivo del pecador, aunque esta se dio hace siglos, revela la comprensión y compasiva voluntad de Dios en la vida del ser humano, que su situación ante Dios, es reconocerse pecador consciente de sus responsabilidad, por sus faltas, su relación con el Señor la ha deteriorado y como pecador es el único culpable, cuando se anima a mirar en el espejo de la vida, reconoce la culpabilidad de sus actos, pero la soberbia y orgullo oprimen con fuerza, cuando la fe sacude la conciencia y esta ubica al momento el camino, es cuando del corazón viene el desahogo, la necesidad de ser perdonado y vendrá la paz del alma que ayuda a entender que en Cristo Nuestro Señor esta su salvación, desde luego si en verdad lo quiere, es de lamentar la realidad en muchos, los pecados y actos de desobediencia contra Dios, si bien los reconocen, los ven, afirman que hicieron lo que no debieron hacer, se reconocen culpables pero de ahí no se va a pasar, la verdad es que esos mienten, mentira que los convertirá en un empecinado empeñado en la necedad de aferrarse al error que tiene en la cabeza, sino es corregido a tiempo, al paso de los años el corazón se endurecerá careciendo de protección su salvación, la solución esta en dejar de lado esas dialécticas ilógicas, pragmáticas y perturbadoras que forjan ese embrollo mental que apretuja el corazón a no doblegar el orgullo, y sí exaltar la vanidad, hacinándose a la falsa postura de sumisión: “Yo en su momento lo haré” ¿Y si mañana muere sin tener tiempo para arrepentirse? ¿A quien pedirás perdón? ¡A Dios! Pero entonces será demasiado tarde; muchos arrepentidos modifican su conducta en tiempo y el bien es en ellos, otros, los hipócritas, su corazón es una supuesta intención de perdón, detenida por la soberbia dice a su oído: ¡No lo hagas! ¡Cálmate, vas a perder tu libertad! ¡Después lo haces! Tienes muchas cosas por hacer, primero son tus planes, eso cuando haya tiempo.


Otros muy bravos en la actividad del mundo, se juegan la vida y el tiempo, son ejemplo de brillantes, ingenio y esfuerzo, pero en su relación con Dios son timoratos para obtener su propio bien, indecisos lo ven como una carga, en el fondo son cobardes e irresolutos; bueno seria obrar como dijo Jesús;…” Que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu mano derecha”… ¿Es difícil vencer los males enquistados en el alma?... En verdad lo es, pero sino haces nada por remediarlo, al tiempo te convertirás en una persona obstinada e insensible al que será difícil arrepentirse, si en verdad quieres ser de Dios, ve tu realidad, no hay ninguna reivindicación o reconciliación posible sino viene de tu voluntad de no ser pecador, hazlo ¡YA! Dios espera paciente para obrar en ti, y el camino es confesarte culpable y ser responsable de tus actos ante Él, para acogerte a su voluntad… Te será útil razonar; ¿A qué da entrada en el pecador la misericordia de Divina? Muchas ideas dan vuelta en la mente, pero una sola es; ¡Nuestros pecados! El obstáculo para la salvación del alma son los pecados, que estos han provocado que el amor de Jesús diga;…”No vine a llamar a justos, sino a pecadores”…Jesús así responde a las intrigas de sus enemigos, siendo increíble le reprochan al Hijo de Dios, la costumbre de tratar con pecadores.

La misericordia del Señor ofrece a todas las almas sin excepción la salvación gratuita, solo es en el pecador fajarse los pantalones y aceptando de voluntad el camino del arrepentimiento, la reconciliación con fe y confianza en Dios, por ello dijo Jesús;…”Buscad, pues, primero el reino de Dios y su justicia, y todo eso se os dará por añadidura”…Con fe, humildad y perseverancia.

Desgranando la palabra de Jesús en los Santos Evangelios, nos enseña a superar las adversidades que por los pecados se cae, inspira a enfrentarlas y superarlas por obra y gracia del Señor, su palabra confortante y esperanzadora de paz y tranquilidad en la desgracia y en los tropiezos.

Su palabra en los Santos Evangelios es la misma para todos, cada alma la adecua a su situación y cada cristiano encontrará la solución a su problema, vendrá la ilustración sobrenatural en que Dios comunica el camino a seguir, pero sí la fe no es la que Jesús quiere, no la ve en el interior, Él no cierra la puerta de su disposición, el pecador habrá de empeñarse en encontrar por si mismo la fe en la vastedad necesaria.

La palabra de Jesús se adapta a la necesidad espiritual y temporal del pecador.
La curación del hijo del cortesano, sea reflexionar uno de los graves problemas que vive la familia en este siglo.

Jesús va ilustrarnos con su divina Cátedra; la paternidad responsable. El prestigio de Jesús nace de sus predicaciones, y portentosos milagros en Israel, así, cuando arriba a una región se corre la voz de su presencia y el pueblo se dispone ir donde se encuentra, así al llegar a Galilea, se dirige a la ciudad de Caná, donde obro su primer milagreo al ruego de María su madre: convertir el agua en el mejor vino.

Quiso ir ahí para fortalecer la fe del pueblo, haciendo de ellos testigos del portento que va obrar. La ubicación de la población donde Jesús realizará su obra, hay una distancia entre Cafarnaúm y Caná de treinta kilómetros, para llegar a esta última, se asciende por un camino de ochocientos metros de altura, para ir de una población a otra, hay que tomar tiempo y acumular energías, pues va cuesta arriba.

Dice el evangelista;…” Fue, pues, otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino”... Jesús esta en Caná con la muchedumbre del pueblo, ahí se presenta un hombre de la corte del reyezuelo Herodes conocido por el pueblo.

Cuanto hubo de sobreponer este oficial para llegar ante Jesús. Él cortesano en Cafarnaúm debió escuchar de otros la enseñanza del Señor, llamo su atención los prodigiosos milagros de curar a tantos enfermos, de sorprendido paso a ser atraído por su enseñanza, la que se le hizo buena y saludable para hacer su vida ordenada a su palabra, por lo que se aprecia, no perdió de vista sus predicaciones, estaba atento donde andaba, lo que decía y hacia, pero las circunstancia de la vida familiar, se vieron alteradas por una enfermedad que se fue agravando en el hijo, el cortesano se abrumo, luego vino la preocupación y la consternación cada vez mas por la gravedad de su hijo, se torna a un desenlace mortal, utilizaría los medios, pero su hijo, iba de mal en peor.

Conoce Jesús la abnegación del padre y lo que sobrevendrá sobre el hijo, en el corazón afligido del oficial surge una esperanza: ¡Jesús! Vino a su mente el recuerdo de su bondad, de las obras de curación, y sin esperar a mas deja familia, hacienda y la corte, se va en pos del Maestro, convencido de que le ayudará con su hijo, apurado va adonde se encuentra, hubo de ascender a paso apresurado, sortear peligros hasta vencer el camino, sin duda no se dio descanso durante el ascenso a Caná, su corazón llama continuamente a Jesús;…”Señor ¡No te retires de Caná! ¡Tú salvaras a mi hijo! ¡Sálvalo te lo suplicó! Iba a solas, derramaría lagrimas de dolor y tristeza, como todo padre de familia lo hace en sus angustias, en soledad, en la Iglesia ante Cristo Nuestro Señor o María Nuestra Señora, el esfuerzo tiene premio, en este oficial fue el gozo de ver a Jesús en medio de la muchedumbre le abren el paso, llega ante Él.

Jesús nos hace valorar la aflicción de este hombre, es el punto motivante que conmovió su corazón conceder su clemencia. Dice el evangelista;…” Y había un cortesano cuyo hijo estaba enfermo en Cafarnaúm”… ¡Que no hace un padre por la vida de sus hijos! He aquí el ejemplo.

No espero, la poca fe que va a mostrar a Jesús, es superada por su reconocimiento;…”Señor”…la humildad y perseverancia de llegar ante Jesús, paciente espero su llegada e hizo ver que su abnegación es ejemplo de como debe obrar todo padre de familia.

Jesús salvará la vida de su hijo.
…” Cuando él oyó que Jesús había vuelto de Judea a Galilea, se fue a encontrarlo, y le rogó que bajase para sanar a su hijo, porque estaba para morir”…Jesús aprecia en el oficial su deseo, pero su fe es débil, le pide ir a Cafarnaúm donde está su hijo a sanarlo e imponer sus manos en el joven, no cree que Jesús pueda sanarlo con su palabra.

Entonces;…” Jesús le dijo: ¡Si no veis signos y prodigios, no creeréis!”…El Señor insiste en que es necesario aumente su fe, pero el Padre no comprende, solo ruega, su dolor se concreta a suplicar ayude a su hijo.;…” Respondió el cortesano: Señor, baja antes que muera mi hijo”…Por la aflicción el oficial no escucha el reclamo que Jesús hace a la muchedumbre, era para que el cortesano valore que su fe es una tela muy delgada, los galileos ante los hechos se muestran incrédulos, su respuesta son palabras de adhesión, manifiestan admiración y entusiasmo, pero no hay la humillación de su inteligencia ante la verdad, no hay el reconocimiento a Jesús a pesar de oír sus predicaciones y confirmar su divinidad con prodigiosos milagros que solo Dios puede hacer, se mantienen en su ceguera.

Mientras la fe este ausente en todo corazón, inútil la palabra al Señor. La fe viene del pensamiento y de la voluntad. ¿Cuántas almas admiran de Jesús su doctrina, mandamientos y obras, pero no creen en Él? Una cosa es decir creo y otra obrar para mostrarlo a Dios: decir creo de palabra, es una fe que dice tener, se ostenta, se presume mientras se habla o piensa, mas no se hace nada para poseerla, se vive en la cuerda floja, que se romperá al perder la vida de ser llamado por Dios, al momento dispuesto por Él, y si sus condiciones espirituales están desordenadas, el fruto será la nada.

Jesús impetra al pueblo su incredulidad;…Vienen a Mí, no a reconocer mi divinidad, ni salvar su alma del pecado, vienen a ver los prodigios para tener de que hablar y hacer escandalo…Mientras escucha a Jesús la muchedumbre, en el cortesano puede mas la muerte que se avecina de su hijo, Jesús insiste en la poca fe de la gente;…Escuchan no para creer, sí no para dudar y negar... El empeño del Señor es comprenda el cortesano la necesidad de acrecentar su fe insipiente, y el hijo recibirá el bien que ha solicitado, Jesús podría hacerlo sin ello, pero la justicia de Dios pide que su fe este donde es necesario.

Al leer el Evangelio nos conmueve la palabra del Señor, mas seria de concedernos el don de escuchar su voz amorosa que taladra y penetra al corazón afligido, no es de dudar que el Espíritu Santo obro en el cortesano a comprender lo que Jesús le pide.

¿Cuántas cosas pasan los padres de familia por los hijos? En el mundo humillaciones, perdida de bienes, reclamaciones, negaciones, frustraciones y más; ante Dios, esta la esperanza de pedir con humildad su clemencia y rogar como hizo el cortesano;…” Jesús le dijo: Ve, tu hijo vive.

Creyó este hombre a la palabra que le dio Jesús y se puso en marcha”…La fe en el cortesano obro. Esta es la enseñanza del Señor a los padres de familia; fe, humildad y perseverancia, es la divisa del padre a seguir con los suyos, el Señor escucha cuando se aviva la fe, y nos anima cuando dijo;…”Amarás a tu prójimo como a ti mismo”…
hefelira@yahoo.com

 

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