REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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El Santisímo y Dulce Nombre de Jesús

…” Se le impuso el nombre de Jesús como lo había llamado el Ángel antes de ser concebido en el seno materno” … ( Lc 2, 21)
domingo, 1 de enero de 2017
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El valor espiritual de la salvación del alma tiene como única razón primordial en la vida de todo cristiano católico: sembrar en su corazón el semilla de la fe, cuyo principio y fin está en el bienaventurado y dulce nombre de nuestro Salvador, designado por la divina voluntad de Dios, creador de todo lo que existe dio a su divino Hijo -enviado por Él al mundo a salvar las almas del pecado- el dulce nombre de Jesús, nombre santísimo que será en el alma del cristiano católico, claridad luminosa que avivará y elevará la fe en su Creador, porque bendecido por Dios su Padre, es garantía plena de confianza para amarle y servirle, guardando al interior del corazón su palabra, doctrina y mandamientos.

El Santísimo nombre de Jesús, es la fuente inspiradora que alienta y estimula al cristiano católico, acercarse al Señor en las adversidades y tribulaciones de la vida, suplicando su misericordia que es el cristiano católico la clemencia de Dios, por la oración, frecuencia de sacramentos, asistencia a la Santa Misa, la práctica y perseverancia en las virtudes; en el dulce nombre de Jesús se encontrará el manantial de la gracia, que significa la generosidad sin fin del desprendimiento y largueza de la palabra de Dios; el dulce nombre de Jesús, es abrigarse al pensamiento y la vida diaria, al tomar los alimentos, salir y regresar a casa, al inicio y termino del trabajo, en las horas de estudio, al emprender un viaje, esto es, en todo lugar será el Santo nombre de Jesús el punto de partida del alma y el corazón, camino de su salvación que le alejará de la tentación.
Ilustra San Agustín con sencilla claridad la vastísima grandeza del Santísimo y dulce nombre de Jesús;….”Rebasa los cielos”…Queda entendido: el nombre de Jesús impera en el universo y en cada alma, por ser el Hijo de Dios vivo, esplendor del Padre, majestad infinita; es su nombre Santísimo, porque Jesús es la pureza de la luz eterna, siendo importante para las almas el poder de salvación que el pecador recibe al acudir a Él, porque el nombre de Jesús es muestra de ser el Rey de la gloria, su misericordia absuelve y perdona al pecador arrepentido; el dulce nombre de Jesús es sol de justicia, porque su amor es faro de esperanza para las almas pobres de espíritu, de los afligidos, los mansos de corazón, los que tienen hambre y sed de justicia, los de corazón puro, los misericordiosos, los inocentes perseguidos por causa del Señor, todos, abrigados en su nombre, empeñan su salvación en el dulce nombre de Jesús hijo de la Virgen María; el dulce nombre de Jesús es semejante a la miel, que endulza las amarguras y resequedades de la vida, conforta el alma y fortalece el dominio de las pasiones.

¿Cómo vino al mundo el nombre de Jesús? Vino de parte de Dios, y dio poder a su nombre, constituyendo a Jesús en el Padre del siglo futuro y mensajero del plan divino, el Profeta Isaías lo predijo siglos antes de la venida de Jesús, al decir;…”Porque un Niño nos ha nacido, un Hijo nos ha sido dado, que lleva el imperio sobre sus hombros, se llamará: “Maravilloso, Dios poderoso, Padre de la eternidad, Príncipe de la paz”…Dios ha proclamado a su Hijo primogénito heredero de todo cuando ha creado, para Él ha sido la luminosa emanación señal de su gloria, que sostiene las cosas por su palabra.

Los Santos Evangelios mencionan a María, Madre de la divina gracia. Pongamos atención en ella; María en su casa de Nazaret, en su acostumbrado momento de oración, fervorosa aflora de su corazón sin mancha y asciende al cielo como el incienso del altar, a diferencia de este, la plegaria de María, trasciende el espacio y los cielos, hasta depositarse en el trono de Dios, la recibe con gozo, agrado de los ángeles y la corte celestial.

La oración de María Virgen es digna de alabanza, Dios lo da a conocer en el Evangelio, y ella lo hace en sus apariciones, mostrando ser la morada llena de gloria del todo consagrada a Dios; las apariciones de María, son plegarias que conmueven, apasionan y disponen, porque reflejan el deseo del alma pura, casta y sin mancha, humilde y desprendido deseo en servir al Señor, mostrando al pie de la Cruz, su maternal amor por las almas a ella encomendada, dispuesta a ganarlas y llevarlas a la presencia de su Santísimo Hijo.

Para comprender la grandeza de Nuestra Madre, hagámonos una pregunta; ¿Porque el alma entre más se entrega a Dios, sus palabras, obras y pensamientos son cada vez más espirituales? Dios ve lo profundo de cada corazón, al que inspira, porque es de su gozo vivir la devoción y piedad que dispone esa alma al ahondar su meditación en Él, va perfeccionando las suplicas y plegarias que en Dios atrae su mirada que directa va al corazón, descubriendo la veracidad y sinceridad, limpieza y fidelidad de la oración y toda obra, como fue María, la madre del corazón hermoso, es cuando el fiel cristiano cautivado se empeña en imitar la mansedumbre, humildad y corazón del santísimo y dulce nombre de Jesús.

Fijemos en nuestra mente es este cuadro místico: María de rodillas, en oración, sus manos unidas a su corazón, sus ojos cerrados teniendo no la oscuridad que todos tenemos, sino la perfección de su contemplación que mora en su corazón, la lleva a hilvanar alabanzas que conmueven las entrañas de Señor, al tal grado es su arrobamiento, que su corazón vive en el corazón de Dios, como en una prisión de amor solo para ella.

María vive los momentos de meditación profunda, cuando cautivada por el esplendor del Todopoderoso; se hace presente el ángel enviado por Dios a comunicarle su deseo: llevar en su seno al Hijo de Dios, que vendrá a cumplir su voluntad de salvar las almas del pecado, dispuesto por Dios su Padre y reinará por toda la eternidad, confirma el ángel;…”No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios, y concebirás en tu seno y darás a luz un Hijo a quien pondrás por nombre Jesús”…Apreciemos, el anuncio del ángel en la Anunciación, revelando el deseo de Dios en María su vocación Corredentora, se ha comunicado a nuestra Madre su participación en la obra redentora de la humanidad, y a la vez, el anhelado deseo de Dios, que a su Hijo se le imponga por sus padres el nombre del Santísimo y dulce nombre de Jesús como es su voluntad; bien es tener presente, todo deseo del Señor, que a nuestra comprensión pareciera ilógico, sin razón e importancia no se cumple, el cristiano pierde los bienes, gracias y dones atesorados, la razón es por niega a Dios lo que Dios quiere, ¿Y qué es lo que Él quiere? Que obremos de acuerdo a sus mandamientos, en primera instancia, no hacerlo es negar el deseo a Dios, de lo que quiere de nuestra alma, lo muestra y enseña María, ¡Jesús fue su nombre! María comprende que en su nombre, Dios afirma su misión salvadora del mundo, por eso, es amador nuestro, sabiduría eterna, Majestad y poder.

Jesús es la verdadera luz que ilumina el camino de las almas.
María visita su prima Isabel, a su regreso, José siendo su esposo aprecia su estado maternal, se dicen muchas hipótesis de la extrañeza en José por lo que ve; se habla de su desánimo y turbación, de que se sintió mal porque es posible habían convenido mantenerse célibes, los curiosos afirman, que José se preguntó; ¿Por qué María en cinta? No es de dudar, sino meditar en el orden de las obras de Dios su perfección ordenada en cada uno de sus pasos, como se observa en las Sagradas Escrituras, es muy posible que antes de anunciar a María el deseo del Señor, envío Dios su mensajero a José, comunicar el deseo de Dios Padre, y dar su anuencia para obrar en María lo que el Espíritu Santo depositara en Ella, y José acepto, pues era conocedor de la venida del Mesías enseñada en el Templo y conocido en todo Israel el comentario que corría de boca en boca, ser el momento que los oráculos anunciaban la venida del Mesías, lo que era del conocimiento de José, pero él siendo hombre justo, se sintió indigno de ser el Padre nutricio del Hijo de Dios, también es posible, fuera la razón por la que pensará abandonar a María en secreto, muchos son los supuestos, pero posibles, más la guía esta en lo expuesto por el evangelista en los Santos Evangelios.

A consecuencia de esa separación que está en el corazón de José, Dios fue puntual y el ángel se le apareció en sueños y dijo; …” José, hijo de David, no temas recibir contigo a María, tu mujer, pues su concepción es del Espíritu Santo.

Dará a luz un Hijo, y tú le pondrás el nombre de Jesús; porque Él salvará a su pueblo de sus pecados” …Apreciemos el orden del Señor el mundo de hoy alejado de Dios, su maldad no le permite entender la obra redentora de Dios; a María la maternidad y a José la paternidad que recibe de Dios, es la responsabilidad divina de dar al Niño el nombre de Jesús.

San Pablo, imparte la enseñanza cierta, exaltando el nombre que Dios ha tenido a bien para su amado Hijo el carácter sagrado de su divinidad, el Apóstol reconoce en el nombre de Jesús sabiduría eterna y bondad infinita, causa de gozo que nos conduce a una mayor fe y amor a Jesús, en su nombre descansan todos los bienes, gracias y dones en exceso que el pecador ansia recibir para tranquilidad y armonía de su alma, lo expresa San Pablo de sí mismo;…”Sí no tengo amor, nada soy”…Refiriéndose a él dijo;…”Por eso Dios sobre ensalzó y le dio el nombre que es sobre todo nombre, para que toda rodilla en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra se doble en el nombre de Jesús”…Al cristiano católico; humildad, docilidad y obediencia.


¡Cuánto es de admirable el nombre de Jesús! Y pocos los que creen en Él, y muchos los que no corresponden al bien que en él se encuentra y nada quieren escucharlo, la humanidad en su inmensa mayoría quiere escuchar deleites, ruidos estridentes y enajenados, porque ha perdió el valor espiritual su salvación, por falta de fe en Jesús se niega así mismo hacer suyo el fruto que Jesús pone en sus corazones, no se cree en la eficacia de su nombre, a pesar de esta negación, consecuencia del desconocimiento que existe en su interior, derrocha Jesús su magnificencia en bien del pecador, al que llama en sus tribulaciones, su voz clama a su corazón y la conciencia.

El rey nos David instruye en ello; …” Dios y Señor nuestro, ¡Cuán admirable es tu nombre en toda la tierra!” …
Dice San Bernardino de Sena del nombre de Jesús; …” El fundamento de la fe es el nombre de Jesús, mediante el cual somos constituidos hijos de Dios” …Nombre anhelado por los patriarcas y profetas desde siglos, esperado con ansia y congoja suplicando con suspiros su llegada.

El nombre de Jesús, taladre los oídos de los seres humanos. Ahora bien, en sobrias y sencillas palabras San Lucas evangelista, da a conocer el momento en que le fue impuesto su Santo nombre; …” Llegado el día octavo, en que debía circuncidarse al Niño, se le puso el nombre de Jesús, nombre que le dio el ángel antes de ser concebido” … De donde creemos, el nombre de Jesús tiene significación profunda y elevada, confirma la causa y razón de la venida del Salvador al mundo, por eso el nombre de Jesús está por encima de todo nombre.

San Pablo confirma y ratifica; …” Jesús significa: Dios y Salvador. Es el nombre más bello y más Santo “… Es también la majestad de su nombre, pero en el incrédulo, es un nombre terrible que calará siempre en su corazón.

Refiriéndose a ello dice San Bernardo de Claraval; …” Se le llama con este nombre, no se le impone y de su misma esencia tiene el ser Salvador” … Cumpliendo lo dispuesto por Dios, recibe el nombre la liberación de las almas: Jesús, Hijo de María, es nuestro libertador de la ley abominable y repulsiva del pecado yugo de satanás, por eso es fuerza contraria al pecado, porque como hijos de Dios nos conquistó con su sangre.

Jesús nuestro libertador, nos dio las llaves de la libertad del pecado por la gracia, que no es otra cosa, sino la fuerza liberadora de Jesús; la gloria, el estado definitivo de esa humana libertad.

¿Cómo corresponder a los bienes que nos concede? Dando gracias continuas al Señor; corresponder a su amor con amor; imitar su vida de santidad, humildad y amor al prójimo; invocar su Santísimo nombre al advertir el peligro de perder la libertad que nos ha concedido.

¿Cómo adquirir el buen habito a la dulce devoción del Santísimo nombre de Jesús? Tenerlo presente en todo acto de la vida diaria, nuestros labios pronunciar el manjar que deleita no el paladar, sino el corazón escuchar su nombre, dice San Bernardo; …” Armonía para el oído” …
La humanidad camina entre pensamientos confusos, causa de mala conducta; problemas de familia, en el trabajo, inseguridad, perversión, drogadicción, robos, asesinatos, engaños y más que son causan de angustia, así marcha la humanidad, ahogándose en un mar tempestuoso, donde es cada vez más difícil -porque no quiere-encontrar un salvavidas o un madero del cual puede asirse para salvarse de los males causados por su propia ignominia, indolencia y tolerancia al pecado, la realidad es que con esta actitud, no tendrá la fuerza espiritual que le ayude superar a reencontrar la salvación.

¿Cuál es el porqué de esta incredulidad? La pérdida de la fe, el mundo no cree, no quiere pensar como será su vida después de morir, se alarma del que muere, pero no cree que por la vida que hoy lleva, en la otra estará perdido eternamente, ¿Por qué no vislumbra la humanidad este destino que ve como cosa ficticia e irreal? Cuando se le dice que hay un Dios que nos ama y que al morir Él nos salvará a pesar de la vida voluptuosa y de perdición que se llevó, la duda y su incredulidad dice; ¡Fabuloso! Pero la realidad es otra, sí la humanidad no se arrepiente y no reaccionara en el bien que tiene a su alcance, Dios si se preocupa porque viva y no se pierda eternamente su alma, porque Dios es misericordia y comprensión; es Padre amoroso, preocupado de su mala vida al no aceptada su benevolencia, la humanidad continua aferrada en su incredulidad y vida hedonista, lamentará no haber escuchado en tiempo la voz de Dios, solo los que se afirmaron en la convicción de escuchar y la pasión de permanecer a lado de Jesús, recibirán no fuentes, sino cataratas de bienes de salvación que emanan del Santísimo y dulce nombre de Jesús Hijo de Dios.

Dice San Pablo a los Romanos; …” Todo el que invoque el nombre del Señor será salvó” …
hefelira@yahoo.com

 

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