Rogelio Rodríguez Mendoza

Confidencial

Ya no se calle

“Inicia el “viacrucis” por cuotas escolares”, dice el encabezado de una nota informativa difundida éste lunes por un periódico capitalino.

El título es una comparación metafórica de la angustia que padecen los padres de familia en el final de un ciclo escolar y el inicio de otro, por la recurrente exigencia del pago de cuotas escolares.
A los padres de quienes terminan la primaria o secundaria, se les exige “ponerse al corriente” en el pago de sus adeudos como condición para recibir la constancia o certificado escolar, y a quienes solo pasarán de grado, se les urge a pagar la respectiva aportación económica, que también metafóricamente le llaman, “voluntaria”, aunque de eso no tengan nada.
Estoy de acuerdo con usted, en que nada de novedoso tiene esta historia cíclica.

Como tampoco resulta noticioso el cantinfleo en que suelen incurrir diversos funcionarios públicos del área de educación, cuando, también en estas fechas, salen a repetir su discurso de que, “ningún padre de familia está obligado a pagar a cambio de la inscripción de sus hijos”, o de que, “el cobro de cuotas como condición para entregar certificados escolares es ilegal”.
Sin embargo, soy un convencido de que no por carecer de interés noticioso debemos callar el pisoteo impune del derecho humano que tenemos todos los mexicanos a recibir una educación gratuita y de calidad.
Dejar de denunciar esa práctica recurrente del cobro de cuotas, solamente abonaría a darle más alas a maestros y servidores públicos, para seguir imponiendo un cobro que no solo violenta un derecho fundamental sino que implica una responsabilidad legal para quien lo aplica.
Pero más allá de servir de canal de denuncia, la intención de traer el tema nuevamente a este espacio es invitarlo a usted a que también haga su parte.
¿Cómo? Denuncie la violación a su derecho humano.

No importa que le digan que la cuota escolar es voluntaria. El solo hecho de pedírsela ya constituye una vulneración a su derecho de educación gratuita, y eso es suficiente para que acuda ante el Ombudsman tamaulipeco.
Tal vez usted tenga las posibilidades de pagar la cuota que le piden porque tiene los alcances económicos para ello , e incluso es muy probable que el pago lo realice con gusto, pero le aseguro que hay cientos o miles de padres de familia que tienen que trabajar horas extras o endeudarse para solventar ese gasto.
Luego entonces, tengamos o no los medios para cubrir la famosa cuota escolar, si nos la exigen denunciemos.

Hagámoslo por los que no tienen para pagar, que son mayoría.
Ya no nos callemos. Le aseguro que si impulsamos una estampida de denuncias muy pronto lograremos que ni siquiera nos insinúen el cobro.
Ah, y no caigamos en la mentira recurrente del Gobierno, de que sin las cuotas escolares no habría forma de darle mantenimiento a las escuelas.

Ese ha sido el pretexto cómodo de la autoridad para evadir una responsabilidad que le compete.
Solo le recuerdo que en una democracia como la nuestra es la sociedad o el pueblo quien toma las decisiones, y los Gobernantes son solamente los ejecutores de esas decisiones.
Hagamos, pues, uso de esa facultad de decisión.
¿Estamos?

ASI ANDAN LAS COSAS.
roger_rogelio@hotmail.com