Alíber López

Optica Política

OPTICA POLÍTICA

El último día de trabajo en las escuelas, encontramos dos artículos periodísticos, gracias al Coordinador del PNL (Programa Nacional de Lectura) de Educación Básica en Reynosa, Víctor Hugo López, quien nos envió un “email”; las dos notas dan cuenta de la preocupación de las instituciones de salud, por el sobrepeso y la obesidad infantil.

En la página 41 de “La Jornada” del 11 de abril del año en curso, se cita como parte de la visita del Presidente francés Francoise Holande a México, un “Encuentro” realizado entre la Ministra de Asuntos Sociales de Francia, Marisol Touraine y el Director del Instituto Mexicano del Seguro Social, José Antonio González Anaya.
En tal encuentro se destacó que desde hace 15 años funciona en Francia un programa sobre “el arte del buen vivir” que comprende diversas acciones ya sistematizadas en la que se involucran diversos sectores de la sociedad y el gobierno.

Mientras tanto, el gobierno mexicano apenas se ha empezado a preocupar desde hace dos o tres años por esa situación, porque los índices de obesidad infantil y en general, nos han colocado en los primeros lugares del mundo.
Desde los últimos dos años del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa se intentaron acciones diversas desde el Gobierno, sobre todo con la elaboración del Plan de Estudios 2011, pero al parecer, se toparon con los intereses de las empresas transnacionales refresqueras y alimenticias y se frenaron las acciones, dándose solo cambios “light”.

En este sexenio, con motivo de la Reforma Educativa a los artículos 3º. y 73º se intentó la prohibición de la ‘comida chatarra” en las escuelas, pero nuevamente el gobierno por una parte, se topó con los intereses económicos de las empresas y conciliaron achicando el tamaño de los refrescos y endulzándolos con sustitutos del azúcar, que según los científicos del sector salud, resultan más dañinos.
Aunque se ha legislado contra la comida “chatarra”, la legislación ha sido benévola con la industria alimenticia y refresquera.

Permitiendo que se siga consumiendo el refresco, ahora más chico, incluso cambiando los refrescos por “jugos” endulzados que equivalen a lo mismo, es decir, siguen consumiéndose en las escuelas grandes cantidades de azúcar refinada dizque con refrescos light y con menos cantidad de líquido y los mentados jugos de frutas, edulcorados artificialmente.
Tal vez por lo anterior, la “COFEMER (Comisión Federal de Mejora Regulatoria), según otra nota aparecida en el periódico ya citado líneas arriba en la misma página, recomendó a la SEP (Secretaria de Educación Pública), Secretaria de la que depende, que se prohíba en forma expresa la venta de los refrescos y bebidas azucaradas en las escuelas del país, además de incluir un proyecto de lineamientos para la venta de alimentos y bebidas preparadas y procesadas en el sistema educativo nacional.

Tal documento a cargo de la SEP que se coordina con la SSA (Secretaria de Salubridad y Asistencia), debería incluir un anexo con las especificaciones puntuales sobre los tipos de alimentos y cantidades que debieran incorporarse a las dietas de los escolares y un listado de alimentos y bebidas no permitidas por estar elaborados con azucares, sales y harinas refinadas, además de las grasas poliinsaturadas.
Con ese antecedente se suponía que la COFEMER seguiría con ese plan pero parece ser que la SEP decidió eliminar el listado de los productos cuyo consumo no se permitirá en escuelas.

Aunque en el proyecto de documento que se publicará posteriormente en el Diario Oficial, se dice que se acepta la recomendación de prohibir el consumo de refrescos y bebidas azucaradas, en los hechos no lo incluirá de esa forma, sino a través de información y capacitación “a nivel operativo”, a las personas involucradas en la preparación, expendio y distribución de alimentos y bebidas, de acuerdo con las necesidades y características de la población destinataria.
En lugar de un “Listado” de productos no permitidos, la SEP propone brindar información, asesoría y capacitación sobre orientación alimentaria a los miembros del Comité de Establecimientos de Consumo Escolar, proveedores, aspirantes a proveedores y padres de familia o tutores.

Los nuevos lineamientos que finalmente emita la COFEMER sustituirán a los vigentes desde 2011 y se inscriben dentro de las acciones de la Estrategia nacional contra el sobrepeso y la obesidad, del gobierno federal.

Tienen el objetivo, de acuerdo con el proyecto, de que su seguimiento en las escuelas garantice una alimentación correcta, con higiene y seguridad.
Sin una prohibición tácita de determinados productos en los centros escolares del país; si no obligan a los medios de comunicación masiva a difundir a los 4 vientos y a todas horas, programas que expliquen exhaustivamente, los daños a la salud que producen tales alimentos; si los padres y madres de familia no demandan esos cambios en la alimentación y si, entre muchas otras razones, a las mayorías no les alcanza el salario para nutrirse bien, la información y asesorías para una alimentación correcta de los escolares, cuyo aterrizaje estará a cargo de los directores, será difícil que se revierta el problema de obesidad infantil ; éstos sencillamente podrían aplicar la premisa jurídica a la que acuden mucho los licenciados: “Lo que no está prohibido está permitido”, además del cabildeo que suelen realizar los proveedores y de que la SEP, junto a la SSA, también presionadas por las transnacionales, no vigilarán (brindarán información, asesoría y capacitación) severamente la nutrición de los escolares, dejando crecer el grave problema de salud pública.

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¡Felices vacaciones¡