Rogelio Rodríguez Mendoza

Confidencial

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Ego y caprichitos

viernes, 25 de abril de 2014
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¿Sirve realmente de algo contratar a actores o actrices para que paseen unas horas su fama por algún municipio tamaulipeco, como “gancho” para el turismo?
¿No será en realidad un caprichito personal de los alcaldes o sus familiares el motivo de fondo para recurrir a esas contrataciones?
Esas y muchas interrogantes más son seguramente las que rondan la conciencia social, cuando vemos que gobernantes como la de Matamoros, Leticia Salazar Vázquez, contrató al actor Sebastián Rulli, para que se dejara ver por la playa “Costa Azul” y por algunas de las principales calles de esa fronteriza ciudad.
Se supone que Doña Lety recurrió a Rulli como una forma de atraer más paseantes a su municipio, y en particular a la playa que ella misma bautizó como “Costa Azul”.

No ha dicho cuanto le costó el caprichito pero seguramente no fue poca cosa.
Pero si costó mucho o poco no es el problema. Lo realmente preocupante es que ese dinero salió de las arcas municipales, que a la vez se abastecen de los impuestos que pagan los ciudadanos matamorenses.
Pero bueno.

La cosa es que muchos quisiéramos que los alcaldes que recurren a la misma práctica de Lety, nos demuestren a los ciudadanos, que esa estrategia de contrataciones millonarias realmente ha dejado resultados.
Es tiempo ya de que nos comprueben, con datos duros, que, por ejemplo, traer a Rulli a Matamoros elevó el número de visitantes en comparación a otros años.

No podemos, como sociedad, seguir permitiendo que los alcaldes o alcaldesas, dispongan de los recursos públicos como si fueran propios.
Le aseguro, y usted estará de acuerdo conmigo, que si el dinero para pagarle a los actores o actrices, saliera de un bolsillo personal, el contratante le pensaría mucho antes de dar ese paso.
Sin embargo, como a los alcaldes no les cuesta más que firmar un documento para que el dinero salga de las arcas municipales, pues no dudan en autorizar el contrato.
Le insisto: vale la pena y es necesario diseñar mecanismos de promoción que despierten el interés turístico por Tamaulipas, sobre todo hoy, en que las condiciones de inseguridad pública, han alejado a los paseantes.
Pero no se vale que los Presidentes Municipales como la de Matamoros, se escuden en esa necesidad para satisfacer caprichitos o gustos personales.
Es tiempo ya de frenar el ego y el despilfarro criminal de recursos públicos.

Los alcaldes como Leticia Salazar deben saber que no se mandan solos. Alguien tiene que decirles que su investidura es de mandatarios y que sus mandantes son los ciudadanos.

Hay que hacerlos entender eso. Hay que bajarlos de su “nube” de poder.

ASI ANDAN LAS COSAS.

roger_rogelio@hotmail.com

 

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