Rogelio Rodríguez Mendoza

Confidencial

Va de nuevo.

Este miércoles inicia un nuevo periodo ordinario de sesiones en el Congreso del Estado. Es el primero del segundo año de ejercicio de la Sexagésima Segunda Legislatura.

Se trata de una nueva (la enésima) oportunidad para que los legisladores locales dignifiquen su tarea. Llevan un año en el cargo y es la ocasión propicia para que cada uno de los 36 diputados haga un ejercicio de autocrítica, que les permita saber qué tanto o qué tan poco cumplieron con esa responsabilidad que sus electores les encomendaron.

Lo primero que tendrían que preguntarse es si al momento de votar una iniciativa lo hicieron pensando en el bienestar ciudadano, o solo se dejaron de llevar por sus intereses personales o de grupo.

También deben sincerarse ellos mismos para saber si cuando presentan una iniciativa ante el Pleno lo hacen porque en realidad quieren resolver un problema social, o solo buscan reflectores mediáticos porque saben de antemano que su propuesta nunca será una realidad.

Durante este largo receso de tres meses y medio, ¿Visitaron sus distritos y gestionaron solución a los problemas ciudadanos , o tan solo se dedicaron a disfrutar de vacaciones pagadas con el dinero de nosotros, los contribuyentes?.
Las respuestas las tendrá cada uno de los legisladores.

Esperemos que como resultado de ese ejercicio de autoevaluación veamos a partir de ahora una legislatura más activa y más inclinada a buscar el bien común.

Porque, déjeme y le digo una cosa: si nos dedicáramos a preguntarle a los tamaulipecos lo que opinan del trabajo de sus diputados, seguramente sería una mayoría abrumadora la que se inclinaría por la descalificación.

Desde luego, entre los 36 diputados que integran la actual legislatura, hay de todo; muy buenos, buenos, regulares ,malos y pésimos. Sin embargo de los primeros hay muy pocos y de los últimos hay demasiados.
Como quiera que sea, no nos queda de otra que renovar la esperanza de que en este arranque del periodo ordinario de sesiones, las cosas cambien.

Vienen en la agenda temas polémicos y complicados como el de la revisión de las cuentas públicas y la construcción de un nuevo Código Electoral para el Estado.

Ojalá y que por fin veamos una verdadera revisión del gasto público, transparente y confiable. No puede ser que con tantos miles y miles de millones de pesos ejercidos por el poder público, los diputados nos digan que no hubo a quien le ganó la tentación de embolsarse unos cuantos de esos millones.

En suma, esperemos que, por fin, los diputados locales se esfuercen por dignificar su imagen, tan lastimada y desprestigiada por muchos de ellos, que solo suben a la tribuna para defender intereses propios o de grupo, pero pocas veces el de sus representados.

Ojalá que desaparezcan de la tribuna esos oradores que solo la utilizan para lanzar vivas y loas “a diestra y siniestra” , en un comportamiento lacayo que, en verdad, dan pena.

Hay uno al que, por esa tendencia lacayuna, sus mismos compañeros le han designado “presidente” de la Comisión de Felicitaciones.

Hagamos votos para que veamos debates de altura y para que el Pleno reciba iniciativas con verdadero sentido social. Ya lo merecemos.

ASI ANDAN LAS COSAS.