Alíber López

Optica Política

Optíca Política

En estas campañas electorales algunos candidatos hablan de aplicarse exámenes toxicológicos y hasta presumen el certificado de que son hombres sanos y no viciosos, otros candidatos agitan banderas y asumen que con sus gritos de ¡Viva fulano! o ¡perengano!, avanzan en su afán de proselitismo.

Otros más, gritan las propuestas como si gritándolas, fueran a convencer a los escuchas de que si llegaran a conquistar la diputación, las impulsarán sin cortapisas; también encontramos a quienes se dicen distintos a todos los partidos y que ellos si tienen la solución a todos nuestros problemas y a otros más que se sienten mesías como para llevar de la mano al pueblo, para cambiar nuestra realidad.
Nos parece que en este proceso pudiera haber algunos demagogos o gente sin el perfil para desempeñar su papel de representante popular, por más que manejen propuestas justicieras.

Puede haber candidatos que aunque fuertes electoralmente, no sean partidarios ideológicos de las clases populares en su mayoría en la miseria y al borde de la desesperación.

También pudieran avanzar si no en este Distrito Electoral en otros, los candidatos que se identifiquen con los pobres del campo y la ciudad.
Al término de este proceso nos pudiéramos encontrar con que la correlación de fuerzas en la Cámara de Diputados de la próxima legislatura sea semejante o que la representatividad de los principales partidos, pierdan un poco de terreno como predicen las encuestas aunque no su mayoría, en la toma de decisiones.

Si la situación económica nacional se deteriora día a día; si la deuda externa se multiplica a un ritmo mayor que en los sexenios del panismo, que casi duplicaron la deuda que los priistas incrementaron en los 19 años anteriores a sus gobiernos; si se sigue privilegiando a los grandes capitales de este país y del extranjero, sin tocarlos con una política fiscal progresiva que haga pagar más (porcentualmente), a los que más ganen para poder construir finanzas saludables que puedan impulsar el desarrollo industrial y comercial, incentivar el empleo, mejorar la calidad de la educación, fortalecer las políticas de salud pública y desarrollar la ciencia y la tecnología; los diputados federales, sean del partido que sean, estarán obligados a dar un golpe de timón antes de que nuestro proyecto de nación se vaya a pique, pues de hecho el pueblo está al borde de la desesperación y la inseguridad, la corrupción y la impunidad, siempre in-crescendo, como reacción en cadena, nos lleva muy rápido a la explosión social.

No creemos que Barac Obama sea revolucionario y hasta él ha implementado medidas para aumentar la capacidad de compra de los trabajadores de su país.

Si varios gobiernos latinoamericanos están implementando el mejoramiento salarial, no entendemos por qué los trabajadores mexicanos tengan que sacrificarse con el deterioro constante de su calidad de vida.

Quienes resulten electos, tendrán que asumir su responsabilidad histórica, legislen a favor o en contra de sus conciudadanos.