Alíber López

Optica Política

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“Lo que se necesita para ser maestro en nuestros tiempos”

viernes, 15 de mayo de 2015
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El perfil del maestro de estos nuevos tiempos, requiere de una serie de virtudes difíciles de adquirir, pero que no está de más enumerar en este “Día de Maestro”, para que la sociedad aprecie lo que vale su desempeño y reflexione sobre lo difícil que es ser buen maestro, y si son justos los estímulos que recibe.
En principio, los cuatro o 5 años para cursar una licenciatura después de la preparatoria, sumarían aproximadamente de 14 a 16 años de escolaridad, tiempo en el que deberían aprender a comunicarse oral y escrito en su idioma, y dominar en un 50-60% otro idioma, los temas de cultura general y específicos del ámbito de la Pedagogía, así como dominar las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación.
Después de su preparación académica, sería obligatorio para todo el que reciba una adscripción como maestro en un grupo, y una escuela determinada, realizar antes de enfrentarse a sus alumnos, una planeación de sus actividades anuales y su respectiva dosificación, de acuerdo al Calendario de Actividades que la SEP (Secretaria de Educación Pública) y una planeación didáctica cotidiana, para abordar los aprendizajes esperados, programados por los diferentes planes de estudio, tanto en Educación Básica como en Educación Media Superior.
Planear las secuencias didácticas de acuerdo a las temáticas abordadas en cada grado de escolaridad y en cada grupo, implica un conocimiento objetivo de los alumnos a los que pretendemos apoyar en su aprendizaje.

Conocer a los alumnos, obliga a una investigación sociológica muy acabada difícil de concretar, pues no se pueden elaborar estrategias pertinentes, sin conocer los alumnos en sus características socioeconómicas, de salud y psicológicas que los distinguen.
Se infiere entonces que un maestro de primarias o secundarias que desempeñe 20 horas de trabajo frente a grupo a la semana, tiene que dedicar algunas horas más a conocer a sus alumnos, sus fortalezas y sus debilidades, además de utilizar otro tiempo para evaluar su desempeño de acuerdo a los aprendizajes esperados, además de relacionarse con sus autoridades superiores y con los padres y madres de familia.

Tales necesidades le obligan a duplicar su tiempo de desempeño. Razón por la que inferimos que los poco más de 9 mil pesos que mensualmente les pagan por su trabajo, no compensa siquiera lo que los expertos afirman que un salario mínimo requiere, para satisfacer las necesidades de una familia, que son 10 mil 800 pesos.
Para acabarla de amolar, la nueva LGSPD (Ley General del Servicio Profesional Docente) ha hecho mucho más rígidos los procesos para favorecer el mejoramiento de los maestros en su lucha por incrementar sus ingresos escalando puestos escalafonarios.

Decíamos hace unos días que para que un maestro aspire a una plaza inmediata superior, según la normatividad de la LGSPD, tiene que renunciar a la anterior, como requisito para inscribirse en una convocatoria determinada.

De no lograr adjudicarse la plaza por la que luche, corre el riesgo de perder su plaza anterior, por el simple argumento que pudiera esgrimir un Sindicato de Maestros disminuido en sus facultades hasta el nivel de “observador” de los conflictos “Maestros-SEP”, “ ¿Cómo te defiendo si renunciaste a tu plaza?.

En fin.
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¡Felicidades a todos los maestros! Especialmente a nuestras compañeras de la Zona 3 de la Supervisión de Secundarias Generales, Hortensia Vázquez Galindo y Elda Avith Rangel Córdova, quienes hoy reciben su “Medalla Altamirano”, por sus 40 años de servicios en bien de la educación.

 

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