Jorge Alberto Pérez González

El mejor amigo del hombre

www.optimusinformativo.com optimusinformativo@gmail.com

No puedo concebir que alguien pueda vivir en este mundo sin haber tenido en su vida, cuando menos un perro, ese animal que fue el primero en la historia de la humanidad en ser domesticado.
Su origen se remonta a más de 10 mil años, pero existe divergencia para saber si sus antepasados fueron lobos, zorros o chacales, sin embargo la teoría más arraigada es que todos tienen un antepasado común en un pequeño lobo del sudeste asiático.
Lo que si queda claro es que son tantas las cruzas que ha hecho el hombre con estos animales domésticos, que difícilmente podrían sobrevivir en libertad absoluta.
Y lo vemos diariamente al ver las condiciones precarias en que se mantienen los llamados perros callejeros, que no son otros sino los que el mismo hombre ha abandonado a su suerte, ante la imposibilidad de atenderlo, mantenerlo o darle un poco de cariño, pues en muchos de los casos, estos perros callejeros lo son por voluntad propia.
En este mundo todos los perros son miembros de la misma especie: Canis familiaris y su forma de vida doméstica los ha orillado a depender absolutamente del hombre.
Su patrón de conducta puede variar, pero todos defienden su territorio al igual que lo hacen sus parientes salvajes, la forma más común para delimitarlo es orinando, para dar una señal de alerta a otros animales de que ese territorio tiene dueño.
A mí me sorprende como desde cachorros buscan garantizar su alimento para las temporadas duras, pues acostumbran enterrar sus huesos y esconder sus juguetes, al igual que los salvajes entierran sus presas muertas para poder comer al día siguiente en caso de no tener otra a la vista.
La forma de comunicación entre ellos, se basa en expresiones corporales en olores y en actitudes que muchas veces los humanos no estamos dispuestos a entender pero que al paso del tiempo logramos asimilar para poder considerarlos como parte de nuestra familia.
Por ello entendemos que un perro está contento cuando mueve la cola o que está se siente amenazado cuando enseña los dientes.
A los perros solo les hace falta hablar, pero sus vocablos son muy entendibles cuando ladran, cuando gruñen o cuando aúllan.

Sin embargo el matiz que le dan a sus sentimientos es claramente apreciado cuando lloran por algo, porque ellos sienten igual que nosotros y saben convertirse en la mejor compañía en los momentos difíciles.
En lo personal me siento muy orgulloso de ellos cuando los veo trabajar, he tenido la oportunidad de verlos cuidando rebaños en las cercanías a Kerrville, Tx, y no les miento estuve por más de una hora observando como sudaban para mover de un lado a otro a las ovejas y como hacían esfuerzos extraordinarios para alejarlas de la valla donde yo observaba.
He tenido la oportunidad de verlos trabajando en la búsqueda de un venado herido y la satisfacción que muestran al encontrar el rastro, he sentido su emoción y su gran satisfacción al cumplir la misión encomendada.
Todos hemos visto como cuidan la casa que tienen en resguardo y el celo con el que realizan este trabajo, pero también los hemos visto rescatando personas y haciendo labor policiaca.
En fin yo no me canso de reconocer que el perro es EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE.